CRECIMIENTO DEL SECTOR FINANCIERO POPULAR Y SOLIDARIO

El Sector de la economía popular y solidaria (SFPS) compone la tercera parte de todos los créditos y depósitos del sistema financiero en el Ecuador.

Se ha demostrado que el sector Financiero Popular y Solidario confronta con más resiliencia las épocas difíciles, en este caso, debido a la actual situación sanitaria que atravesamos. Esta resiliencia se da ya que este sector tiene como principio la solidaridad y cooperación de manera reciproca, en donde la búsqueda del bienestar es común y se quiere conseguir igual beneficio para todos.

Para finales del 2019, aproximadamente 7.6 millones de ecuatorianos estaban asociados a alguna cooperativa. Existen cooperativas que poseen activos, cartera de crédito y depósito superiores a los 80 millones de dólares, lo que indicaría que varias de estas poseerían valores similares o más altos que la banca privados.

Pero ¿Cómo han conseguido el Sector Financiero Popular y Solidario llegar a esta situación?

Este sector a diferencia de la banca privada no solo permite el acceso a servicios y productos financieros, sino que tienen un valor agregado. Este se da porque las organizaciones perciben una idea diferente como es la economía popular y solidaria, lo que significa, que tratan a su socio de manera personalizada, se preocupan de ellos no solo como un medio de consecución de crédito o como receptor de un servicio financiero, sino que también piensa en su bienestar.

Según información levantada por la Superintendencia, indica que el 63% de las operaciones son solicitadas por hombres frente a un 37% de mujeres, también menciona que la mayoría de las operaciones financieras realizadas, con el 57%, es de socios con edades comprendidas entre 30 a 49 años. El 46% del saldo de la cartera corresponden a personas que tienen estudios secundarios, 29,3% a personas con estudios primarios y 3,5% a personas sin estudios.

Entre otra información importante, el impacto para el SFPS en esta época de pandemia ha sido más bajo que la banca, ya que el 60% de las operaciones del sector se pudo recuperar inclusive desde los primeros meses de la pandemia, pues las relaciones de un socio con una cooperativa son más leales y confiables, justamente al ser un socio de la cooperativa este le brinda un sentido de pertenencia y cuidado.

Otra forma en la que este sector se ha vuelto resiliente es debido a que cuando las organizaciones tienen excedentes, estos, por mandato de normativa, obligatoriamente el 50% se tiene que reinvertir en un fondo que aporta al patrimonio, lo que ha permitido que se aguante el golpe de la crisis suscitada.

Por otro lado, las organizaciones del SFPS buscan siempre estar más cerca de sus socios por lo que la relación y contacto con sus socios suelen ser en sus oficinas físicas, el 65% de movimientos financieros se producen de esta forma, además de que el 80% se hacen en agencias y sucursales y el restante se lo hace desde los cajeros electrónicos. El 45% de entidades del sector financiero, popular y solidario se encuentran ubicados en cantones donde el índice de ruralidad y pobreza superan el 50%.

Se ha velado implementar medios digitales, pero es un tema que se lo ha dejado para fechas posteriores debido a que los datos anteriormente mencionados, indican que los socios prefieren contacto directo con la entidad, esto se ha convertido un problema en esta época de pandemia dejando en una posición incómoda a las organizaciones que no cuentan con servicios en línea, ya que los ha alejado de sus socios de manera obligatoria.

La transformación digital se ha vuelto una necesidad en el sector, para algunas cooperativas de los primeros segmentos este es un servicio que se puede implementar fácilmente, empero no sucede lo mismo con las de segmentos 5 por la falta de activos, lo que dificulta la gestión de creación de servicios tecnológicos. Debido a esto existen normas de alianzas estratégicas en donde pequeñas organizaciones puedan apalancarse de las medianas y grandes para que puedan así brindar servicios financieros de manera conjunta y de esa manera conseguir facilidad de contacto con el socio.

Estas bases del cooperativismo en donde existen los valores de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad, es lo que ha permitido ese crecimiento y desarrollo conjunto a través de los años y de la misma manera aportarán para mejorar las falencias y desarrollar al 100% sus beneficios y bienestar común del sector.

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